La verdad es que la Cidade da Cultura (Santiago de Compostela) es una mina para quien guste de la fotografía de arquitectura (aquellos que busquen líneas de fuga pueden sentirse hasta abrumados).
Pero en este caso buscaba más bien crear un ambiente ligeramente misterioso o de "tensa calma", con ese "monstruo" de libros al acecho, esperando fagocitar a algún caminante despistado.
Muchas gracias por comentar