Guillermo Luijk escribió:El ser humano es así, compra mucho mejor las historias de éxito que las de fracaso. Muchas firmas para vender su producto acuden directamente a "Casos de éxito", y sin cortarse un duro los llaman así, de forma literal. OK, estos son tus casos de éxito. Me enseñas ahora tus "Casos de fracaso"? cuántos clientes han usado tu producto y les ha resultado un fiasco? son más o son menos que los casos de éxito?. Porque eso me ayudaría mucho más a decidir si te lo compro.
Es lo que yo llamo el Efecto Javier Bardem. Está Javier Bardem en una escuela de cine, dando una charla a chavales que han decidido meterse en ese mundo. Les dice: "Perseverad que al final a quien persevera le llega el éxito, sino miradme a mí!". Si Bardem fuera del todo sincero debería como poco decirles algo como: "Pensaoslo mucho, éste es un negocio muy jodido y pocos llegan a poder vivir decentemente de él, los demás las pasan putas. Si os gusta el cine y es vuestro sueño adelante, pero sabiendo lo anterior y siempre con un plan B en la recámara".
Salu2!
Me viene al pelo tu comentario, Guillermo. Precisamente yo iba para la carrera cinematográfica, para la que tenía planeada mi vida desde el bachillerato. Afortunadamente me crucé con personas que me hicieron conocer por dentro ese mundillo, lo que me hizo desistir de esa idealización y de mi excesivamente temprana "vocación". El mundo del cine es una gigantesca "hoguera de las vanidades", un "baile de máscaras" en el que todos acaban creyéndose su papel.
En la fotografía ocurre mucho de lo mismo. Afortunadamente, de vez en cuando aparece un rayo de luz que nos retorna al romanticismo de pensar que hay algo más que el postureo, el oportunismo, el egocentrismo. Recientemente hemos conocido la historia de ese hombre que adquirió, en un rastro, una colección de negativos de autoría anónima que resultaron ser excelentes, maravillosas fotografías. Alguien se puso a buscar, a través de las redes sociales, a su autor o autora hasta dar con ella (en este caso, mujer): Milagros Caturla. Su identidad y buena parte de su obra ya se ha dado a conocer, feliz aunque tardíamente, en las noticias televisivas y, sin duda, comenzará a nombrarse en el mundo cultural porque sus imágenes están llenas de vida y de ternura y retratan a la perfección la que fuera su época. ¿Qué más se puede pedir de un buen fotógrafo? Hasta ahora no ha sido conocida, mucho menos famosa, pero a buen seguro disfrutó de su pasión por captar cuanto la rodeaba en su vida cotidiana. Y eso me vale.