JuanPC escribió:
Yo a veces también me sorprendo de las especies que "vienen a verme", durante el confinamiento me han visitado águilas reales e imperiales (con bastante frecuencia y un día hasta 4 ejemplares de esta última especie), culebreras, ratoneros, calzadas a diario, e incluso un águila pescadora (eso si en el quinto infierno). Para muestra un botón (Águila real -Aquila chrysaetos-):
Desde el punto de vista ornitológico Ávila es una provincia espectacular, ya que combina ecosistemas muy diversos, desde alta montaña a llanuras cerealistas en las que además existe algún humedal; existen parameras y cordilleras de media altitud muy despobladas y ricas en fauna, y valles como el que recorre el río Adaja que también tienen gran valor. Mi casa se sitúa en la periferia de la capital muy cerca del cauce de este río y del de otro de menor entidad que también se comporta en cierta medida como un corredor ecológico.
Entonces estarás cerca de los embalses (que he visto tres nombres diferentes). Sea cual sea de ellos, es vital para la fotografía de aves. En los alrededores de los sitios donde hay agua las aves suelen acostumbrarse al ser humano y no son tan huidizas. Eso facilita afotar. Espectaculares tus fotos JuanPC. !!!
Danichrome escribió:...
Y mi gato lo observa todo maravillado
Me gusta muchísimo la foto del gato, los tonos de los ojos con el fondo verde me parecen una pasada. Deberías hacerle una sesión enserio, es muy fotogénico.
Seguramente no eres consciente de lo difícil que es fotografiar animales. Esa foto es la mejor de 9 intentos. O se gira para mirar otra cosa, o cierra los ojos porque duermen de pie si lo consideran necesario, o tu mismo estas demasiado cerca y te tienes que alejar porque de cerca les intimidas, y el 300 va cojonudo para que no se sientan incomodados. Todos los gatos son fotogénicos. A mi me apasionan.
No hay señales de sus existencia mas allá de los 15.000 años. Da la sensación de que los dioses los crearon para ayudar y dar compañía al ser humano. Su facilidad para tener presencia aquí y al otro lado al mismo tiempo les confiere un misticismo muy valorado por los brujos medievales en cuya casa nunca faltaba uno.
En el Tibet los usaban para vigilar las riquezas de los templos pues saben cuando alguien lleva malas intenciones o no.
Son seres de orden superior.