Yo daba la comida al pequeño, potito casero, mientras mi mujer iba con el mayor a ver caballos. Hay una mesita y unos bancos en un recodo junto al que pasa el río Manzanares.
Un hombre baja al recodo, lata de cerveza en mano, me mira, pasa a mi lado, y se aproxima a la valla, enciende un cigarrillo, abre la lata, y ahí se queda contemplando el pasar del agua. Había varios bancos para sentarse, no había nadie más, pero no, el decide tomarse la cerveza y disfrutar del cigarrito y del lento discurrir del río. ¿En qué pensaría? ¿En la situación económica actual del país? ¿En la subida de la luz? ¿En si el sensor de la A7 es el mismo que el de la D800? Creo que realmente no pensaba en nada, sólo disfrutaba del momento.
“Curioso hamaiketako!” Me dije “Cervecita, cigarrito, y contemplación del discurrir del río” (hamaiketako es como un bocadillo de media mañana típico de ir al monte o así en el país vasco).
Y ahí estábamos solos los cuatro, mi hijo, el hombre, yo, … y mi cámara de fotos que latía cada vez con más fuerza en la bolsa.
Que tentación! Acabé de dar el potito, y el hombre de vez en cuando miraba hacia atrás de reojo.
Pensé que toma podía tomar que reflejase un poco la historia,… me aleje unos cuantos pasos y esta fue; … esta es la toma de aquel hombre que en una mañana cualquiera, en un pueblo cualquiera, prefirió no sentarse y deleitarse con la cerveza y el cigarrito contemplando el discurrir de un río cualquiera.
Sin más, una historia cualquiera de un hombre cualquiera, una mañana cualquiera.
(por cierto, al verla ahora en casa, … menos mal que se puso ahí, si no el árbol se cae!!)
