Guillermo Luijk escribió:
En los papeles fotográficos y en las tintas de impresión se valora la capacidad de conseguir mayores contrastes (papel glossy) y colores de gran saturación que abarquen una gama muy amplia. Para imprimir fotos sí es valioso poder alcanzar más rango dinámico y saturación, pero si éstas se logran usando otro tipo de dispositivo ya no tienen interés? una incoherencia difícil de racionalizar.
Salu2!
Tienes razón en que en cada categoría lo preferible es aspirar a la opción de máximos (es obvio), pero esa categoría de la “calidad de representación” creo que es jerárquicamente secundaria en nuestra experiencia de disfrute/uso de las fotos; se da cuando
ya se ha elegido el soporte. Y el soporte se elige en función de ese “medio-que-es-el-mensaje”. Si tu medio es instagramear (no como fotógrafo aficionado o profesional sino como usuario medio de instagram) tu mensaje es “cosas de instagram”, por ejemplo. Y si eres fotógrafo interesado en la estética de la fotografía (tengas o no instagram para promocionarte) tu “medio” es el de la perdurabilidad de tu captura, el soporte físico, el “trofeo”… Es mi opinión.
Por ello creo que la costumbre no interviene tanto como ese “medio=mensaje” hacia el que optas como fotógrafo. Al fin y al cabo, como en el ejemplo que pones del kindle ¡no sería tan difícil cambiar de costumbres!
Yo leo en papel y en electrónico, pero compro en papel (por múltiples razones que se podrían debatir en otro hilo) y son indudables las ventajas del e-book, pero también me quita algo (y no hablo del olor a papel y tinta… trabajo en artes gráficas y ya tengo suficiente de ese olor
), me quita la sensación de saber en qué parte de la narración estoy solo por la diferencia de grosor entre lo que sujeta la mano izquierda y la derecha. Es una chorrada, pero es parte de mi disfrute del viaje por un texto. Me gusta mucho el cómic y también he usado el ipad para leer cómics que tengo comprados en papel en mi estantería, porque disfruto de las ventajas de poder hacer zoom en un dibujo, etc.
Por cierto, y volviendo a la pantalla: antes de la electrónica también hemos tenido la posibilidad (y aún se hace) de poner en un marco retroiluminado una buena copia fotográfica en transparencia y a mayor tamaño que esa pantalla (donde logramos gran saturación, rango dinámico, posiblemente con menos coste, menor consumo eléctrico y generando menos chatarra obsolescente), cosa que salvo en decoración de determinados lugares y propósito publicitario, pocos lo habrán instalado encima del sofá. Al fin y al cabo, Lenovo intenta vender aquello que fabrica, y luego los de márketing intentan convencernos de que nos hace falta.
(Para mis gustos personales y domésticos, el medio del que más disfruto es el libro fotográfico, grandecito mejor. Encontrarse con una buena copia de papel, de 50 cm en adelante, en una galería o museo pues también se disfruta, claro.)