Una afición que tengo desde hace años, y con la que más constante soy, es el afeitado clásico. Toda la parafernalia, brocha, bol, jabones buenos, maquinillas antiguas y, tras las maquinillas, la evolución a las navajas barberas. Las he usado desde hace diez años, pero es cierto que sin demasiada regularidad. Desde hace tres años, sin embargo, coincidiendo con la pandemia, me afeito exclusivamente con ellas. Esos meses de confinamiento dieron inicio, además, a otra rama de la afición, la restauración y recuperación de navajas antiguas. Suelo comprar lotes, entre los cuales muchas veces se encuentran verdaderos zarrios, y las restauro, las pulo (o no), las dejo en óptimo estado estético, o todo lo bien que se pueden dejar, las afilo y las uso.
He ido acumulando una colección bastante maja, así que os enseñaré unas pocas de las que tengo, quizás las que visualmente son más atractivas.
Tückmantel & Martin, "Tückmar Welt Ruf". Esta navaja llegó a mis manos en este estado, a estrenar, una verdadera belleza.
Karl Becker, Solingen, "Kabeso". Otra preciosidad que llegó así de bien a casa
Entramos en el terreno de las verdaderas antiguallas, a esta la sitúo a mediados del s. IXX. John Heiffor, Sheffield, con una pasada de hoja con grabados masónicos. Es una pasada en todos los sentidos, el ancho de hoja es brutal, tiene un peso tremendo, y aún no me he atrevido a afilarla.
Otra inglesita con motivos masónicos, al igual que la Heiffor, esta sí ha necesitado de una restauración maja. No sé si porque no está muy bien parida, o porque con sucesivos malos afilados ha perdido forma, o sencillamente puede ser que sea mala navaja, o acero mal templado o qué sé yo, pero es muy cabrona de afilar. Igual que la Heiffor, maravilla de cachas en cuerno oscuro. Los ingleses tenían un sentido de la estética brutal para las navajas.
A esta alemana le tengo especial cariño, porque ha sido mi op.2 (y último, hasta la fecha) en cuanto a fabricación de cachas. La hoja venía preciosa, pero las cachas estaban descojonadas. Las primeras las hice sencillas, pero con esta me vine arriba y decidí hacerlas biseladas. Me tuve que fabricar un artilugio rudimentario, para poder hacerlo, pero con mucha paciencia y maña lo conseguí, y me he quedado bien orgulloso.
Karl Friederich Kratz & Co, "FRAM"
Volvemos a Inglaterra, un par de gemelas, más chiquitinas, con unas alucinantes cachas en marfil. Sólo hizo falta pulirlas, afortunadamente no traían óxido, lo cual suele ser el problema más habitual con el que me encuentro. Joseph Rodgers & Sons, Sheffield. No me aventuro a fecharlas, más allá de saber a ciencia cierta que son anteriores a 1892, año en el que entró en vigor una ley que obligaba a los fabricantes a incluir el nombre del país, además de la ciudad de procedencia.
Por último, la niña de mis ojos. Esta es contemporánea, todavía quedan artesanos que se dedican a esto, así que le hice un encargo especial a un artesano inglés, Drew Dick. Tiende a trabajar mucho en acero (mal llamado) Damasco. Es muy hábil buscando técnicas y patrones de dibujo en sus aceros. Para esta navaja, le pedí varias cosas. Un acero encamisado, hecho con acero proveniente de rodamientos, mezclado con acero en polvo. Otra cosa que quería era que me hiciera una navaja asimétrica, al estilo de las "kamisori" japonesas. La tercera fue que la vaina me la hiciera en madera, y con una forma que recordase a la punta de un arco de violín. Pese a que le envié fotos específicas del modelo de punta que quería, al final el esfuerzo se quedó un poco corto. Aún así, es una preciosidad, hecha en tejo inglés. Probablemente es la mejor navaja que tengo, una verdadera pasada.
En esta última podéis apreciar el perfil asimétrico de una kamisori japonesa.
Espero no haberos aburrido demasiado, pero me han parecido las cosas más fotogénicas que puedo aportar en este hilo