por Miguel Emele » Mié May 17, 2017 10:20 pm
Yo soy aficionado a la fotografía desde que en el instituto fui observador de un fenómeno mágico transcendental, por el cual aparecian unas imágenes en un papel al meterlo dentro de una cubeta con revelador bajo la luz de una bombilla roja. Poco tardé en imitar esos rituales chamánicos en el cuarto de baño de casa. Sudaba la gota gorda mientras bailaba la danza del positivado.
Nada más empezar el COU lo dejé para trabajar en una empresa que se dedicaba a hacer reportajes infantiles a domicilio. Había días que disparaba 20 rollos. La afición era tan grande que el viernes por la noche rebobinaba el carrete en color de la cámara tras anotar los disparos hechos, teniendo cuidado de que la lengüeta quedara fuera del chasis. Luego metía un rollo en blanco y negro para el fin de semana y el domingo por la noche volvía a poner el de color y disparaba con la tapa puesta hasta llevar el contador por donde estaba cuando lo saqué +1. Así hasta que me fui a la mili y al volver ya no había empresa.
Varios años más tarde pude colaborar con una imprenta como diseñador gráfico, ayudándoles en picos de trabajo desde casa, una especie de free lance. Así, tuve ocasión de hacer fotos de producto para algunos catálogos si el cliente no disponía de las diapositivas.
Más tarde, también pude colaborar durante varios años con un fotógrafo de BBC del pueblo, en los fines de semana, hasta que se jubiló. Contaba conmigo en las temporadas que necesitaba refuerzos. Osea, en comuniones o cuando tenía más trabajo del que podía enfrentar con sus empleados familiares, por ejemplo un par de bodas el mismo día.
Así que, profesional sí pero esporádicamente y como mandado. Aficionado, siempre desde el instituto, que eso no me cansa nada... y menos ahora con una sinespejo, jeje.