Fecha actual Jue Oct 24, 2024 5:22 am


Somos todos idiotas...

Noticias sobre fotografía, reflexiones, fotógrafos y obras, exposiciones,...

Moderadores: Guillermo Luijk, Pablo Valido, laucsap60, klomp, Siniestro

Re: Somos todos idiotas...

Notapor Rafa18 » Mar Oct 01, 2019 11:45 am

Tienes razón Aremesal pero todo depende de lo que necesitemos ese trabajo.

Como bien sabrás la cosa en España no está como para escoger trabajo, menos aún si tienes cierta edad y no cuentas con estudios.

Joer, sin ir más lejos: En mi trabajo el jefe manda WhatsApp a los empleados continuamente:

Que si necesito la factura de tal, mañana a primera hora necesito que me prepares el talón de fulanito, prepárame el presupuesto del que hablamos, etc. Lo malo es que lo hace a teléfonos particulares de los empleados y lo peor, a todas horas ya sea por la tarde, por la noche, sábados o domingos. No sólo en horario laboral

El resultado de esto es que no tengo WhatsApp al igual de que no uso redes sociales y por mucho que me miren raro los demás me da lo mismo eso de "no estar en el mundo".
Olympus PEN F
Avatar de Usuario
Rafa18
 
Mensajes: 2772
Registrado: Mié Feb 21, 2018 11:33 am

Re: Somos todos idiotas...

Notapor JotaEseGé » Mar Oct 01, 2019 12:00 pm

aremesal escribió:
Rafa18 escribió:Lo que realmente me preocupa de las redes sociales es que según parece hay empresas que te piden tu perfil de Facebook para entrar a trabajar.

Supuestamente para ver el tipo de persona que eres digo yo pero...

¿Qué pasa si no tienes ese perfil de persona idílica que ellos quieren? ¿A caso no te contratan?

Y es que esto de las redes sociales va teniendo peso a la hora de buscar trabajo, evidentemente no tanto como los estudios o la experiencia de la persona pero parece ser que es algo que también cuenta.

Por otro lado ¿Qué pasa con las personas que como yo no tienen facebook ni usan niguna otra red social?

La verdad es que da miedo.


Es muy sencillo: si una empresa me pide mi cuenta PERSONAL de una red sociai PERSONAL como requisito, yo NO quiero trabajar ahí NI DE COÑA. Porque ya en la entrevista me están demostrando que es una empresa que se pasa por el forro de los... la privacidad y la vida personal de sus empleados. Ni por doble salario aceptaría, de hecho, en ese mismo momento me levantaría y me iría (como ya he hecho en algunas entrevistas por otros motivos, todos relacionados con la separación de la vida personal o con la privacidad)


Así de claro, ni más ni menos.

Pronto, o nosotros mismos limitamos -dentro de nuestras posibilidades- el uso que hacemos y otros hacen, o la privacidad y la intimidad van a estudiarse en las escuelas como hoy se estudian los dinosaurios. Y las RS (hay que usar acrónimos, neologismos y extranjerismos impostados o también estás fuera del mundo) se habrán convertido, ya se están convirtiendo, en las PRS. Creo que no hace falta explicar el significado de la P. :mrgreen:

Y la culpa no es sólo de empresas y empresarios. Lo que da miedo es ver cómo se acepta mayoritariamente que todo eso ocurra y que la -única respuesta que se generaliza sea del tipo "es lo que toca", "es lo que hay", "¿qué le vas a hacer?", "tampoco sirve de nada obsesionarse" (en cuanto te interesas por algo y te preocupa que alguien y no tú lo controle, ya no eres alguien interesado en eso, pasas a ser alguien paranoico, directamente, sin términos medios posibles), etc. etc.

Si alguien ha visto la película de animación "Wall-e", cada día estamos un poquito más cerca de esa especie humana-vegetal, fofa, apoltronada y programadamente feliz.
Nos van a señalar por la calle, Rafa18, como bichos raros :"¡No tiene Facebook! ¡No tiene Instagram!¡No tiene vida redsocial! ¡No pone likes!".

¿Cómo esperas que una empresa te contrate, si no eres de fiar? ¿Y si en los descansos en el trabajo, en comidas de fin de año o en cursos de esos tan chupiguays, en los que te van a pedir que hagas dibujitos en un papel en el salón de actos y reflexiones, te da por contagiar a otros?
Quita quita...pronto empezarás a notar que los papás y mamás que van con niños pequeños por la calle, se cruzan de acera cuando te acercas.
Eres un tío peligroso. :lol:
JotaEseGé
 

Re: Somos todos idiotas...

Notapor rivaner » Mar Oct 01, 2019 12:44 pm

JotaEseGé escribió:Nos van a señalar por la calle, Rafa18, como bichos raros :"¡No tiene Facebook! ¡No tiene Instagram!¡No tiene vida redsocial! ¡No pone likes!".


Este bicho raro no tiene nada de eso, ni tampoco Twitter, ni siquiera Flickr, así que habrá que vigilar el sótano o el trastero, no nos vayamos a encontrar cualquier día una vaina ... :mrgreen:
Avatar de Usuario
rivaner
 
Mensajes: 225
Registrado: Jue Feb 21, 2019 8:44 am

Re: Somos todos idiotas...

Notapor aremesal » Mar Oct 01, 2019 1:15 pm

JotaEseGé escribió:
Si alguien ha visto la película de animación "Wall-e", cada día estamos un poquito más cerca de esa especie humana-vegetal, fofa, apoltronada y programadamente feliz.
Nos van a señalar por la calle, Rafa18, como bichos raros :"¡No tiene Facebook! ¡No tiene Instagram!¡No tiene vida redsocial! ¡No pone likes!".

(...)

Quita quita...pronto empezarás a notar que los papás y mamás que van con niños pequeños por la calle, se cruzan de acera cuando te acercas.
Eres un tío peligroso. [emoji38]


Escrito en 1951, antes incluso de los primeros ordenadores...

El Peatón

Ray Bradbury

Entrar en aquel silencio que era la ciudad a las ocho de una brumosa noche de noviembre, pisar la acera de cemento y las grietas alquitranadas, y caminar, con las manos en los bolsillos, a través de los silencios, nada le gustaba más al señor Leonard Mead. Se detenía en una bocacalle, y miraba a lo largo de las avenidas iluminadas por la Luna, en las cuatro direcciones, decidiendo qué camino tomar. Pero realmente no importaba, pues estaba solo en aquel mundo del año 2052, o era como si estuviese solo. Y una vez que se decidía, caminaba otra vez, lanzando ante él formas de aire frío, como humo de cigarro.

A veces caminaba durante horas y kilómetros y volvía a su casa a medianoche. Y pasaba ante casas de ventanas oscuras y parecía como si pasease por un cementerio; sólo unos débiles resplandores de luz de luciérnaga brillaban a veces tras las ventanas. Unos repentinos fantasmas grises parecían manifestarse en las paredes interiores de un cuarto, donde aún no habían cerrado las cortinas a la noche. O se oían unos murmullos y susurros en un edificio sepulcral donde aún no habían cerrado una ventana.

El señor Leonard Mead se detenía, estiraba la cabeza, escuchaba, miraba, y seguía caminando, sin que sus pisadas resonaran en la acera. Durante un tiempo había pensado ponerse unos botines para pasear de noche, pues entonces los perros, en intermitentes jaurías, acompañarían su paseo con ladridos al oír el ruido de los tacos, y se encenderían luces y aparecerían caras, y toda una calle se sobresaltaría ante el paso de la solitaria figura, él mismo, en las primeras horas de una noche de noviembre.

En esta noche particular, el señor Mead inició su paseo caminando hacia el oeste, hacia el mar oculto. Había una agradable escarcha cristalina en el aire, que le lastimaba la nariz, y sus pulmones eran como un árbol de Navidad. Podía sentir la luz fría que entraba y salía, y todas las ramas cubiertas de nieve invisible. El señor Mead escuchaba satisfecho el débil susurro de sus zapatos blandos en las hojas otoñales, y silbaba quedamente una fría canción entre dientes, recogiendo ocasionalmente una hoja al pasar, examinando el esqueleto de su estructura en los raros faroles, oliendo su herrumbrado olor.

-Hola, los de adentro -les murmuraba a todas las casas, de todas las aceras-. ¿Qué hay esta noche en el canal cuatro, el canal siete, el canal nueve? ¿Por dónde corren los cowboys? ¿No viene ya la caballería de los Estados Unidos por aquella loma?

La calle era silenciosa y larga y desierta, y sólo su sombra se movía, como la sombra de un halcón en el campo. Si cerraba los ojos y se quedaba muy quieto, inmóvil, podía imaginarse en el centro de una llanura, un desierto de Arizona, invernal y sin vientos, sin ninguna casa en mil kilómetros a la redonda, sin otra compañía que los cauces secos de los ríos, las calles.

-¿Qué pasa ahora? -les preguntó a las casas, mirando su reloj de pulsera-. Las ocho y media. ¿Hora de una docena de variados crímenes? ¿Un programa de adivinanzas? ¿Una revista política? ¿Un comediante que se cae del escenario?

¿Era un murmullo de risas el que venía desde aquella casa a la luz de la luna? El señor Mead titubeó, y siguió su camino. No se oía nada más. Trastabilló en un saliente de la acera. El cemento desaparecía ya bajo las hierbas y las flores. Luego de diez años de caminatas, de noche y de día, en miles de kilómetros, nunca había encontrado a otra persona que se paseara como él.

Llegó a una parte cubierta de tréboles donde dos carreteras cruzaban la ciudad. Durante el día se sucedían allí tronadoras oleadas de autos, con un gran susurro de insectos. Los coches escarabajos corrían hacia lejanas metas tratando de pasarse unos a otros, exhalando un incienso débil. Pero ahora estas carreteras eran como arroyos en una seca estación, sólo piedras y luz de luna.

Leonard Mead dobló por una calle lateral hacia su casa. Estaba a una manzana de su destino cuando un coche solitario apareció de pronto en una esquina y lanzó sobre él un brillante cono de luz blanca. Leonard Mead se quedó paralizado, casi como una polilla nocturna, atontado por la luz.

Una voz metálica llamó:

-Quieto. ¡Quédese ahí! ¡No se mueva!

Mead se detuvo.

-¡Arriba las manos!

-Pero... -dijo Mead.

-¡Arriba las manos, o dispararemos!

La policía, por supuesto, pero qué cosa rara e increíble; en una ciudad de tres millones de habitantes sólo había un coche de policía. ¿No era así? Un año antes, en 2052, el año de la elección, las fuerzas policiales habían sido reducidas de tres coches a uno. El crimen disminuía cada vez más; no había necesidad de policía, salvo este coche solitario que iba y venía por las calles desiertas.

-¿Su nombre? -dijo el coche de policía con un susurro metálico.

Mead, con la luz del reflector en sus ojos, no podía ver a los hombres.

-Leonard Mead -dijo.

-¡Más alto!

-¡Leonard Mead!

-¿Ocupación o profesión?

-Imagino que ustedes me llamarían un escritor.

-Sin profesión -dijo el coche de policía como si se hablara a sí mismo.

La luz inmovilizaba al señor Mead, como una pieza de museo atravesada por una aguja.

-Sí, puede ser así -dijo.

No escribía desde hacía años. Ya no vendían libros ni revistas. Todo ocurría ahora en casa como tumbas, pensó, continuando sus fantasías. Las tumbas, mal iluminadas por la luz de la televisión, donde la gente estaba como muerta, con una luz multicolor que les rozaba la cara, pero que nunca los tocaba realmente.

-Sin profesión -dijo la voz de fonógrafo, siseando-. ¿Qué estaba haciendo afuera?

-Caminando -dijo Leonard Mead.

-¡Caminando!

-Sólo caminando -dijo Mead simplemente, pero sintiendo un frío en la cara.

-¿Caminando, sólo caminando, caminando?

-Sí, señor.

-¿Caminando hacia dónde? ¿Para qué?

-Caminando para tomar aire. Caminando para ver.

-¡Su dirección!

-Calle Saint James, once, sur.

-¿Hay aire en su casa, tiene usted acondicionador de aire, señor Mead?

-Sí.

-¿Y tiene usted televisor?

-No.

-¿No?

Se oyó un suave crujido que era en sí mismo una acusación.

-¿Es usted casado, señor Mead?

-No.

-No es casado -dijo la voz de la policía detrás del rayo brillante.

La luna estaba alta y brillaba entre las estrellas, y las casas eran grises y silenciosas.

-Nadie me quiere -dijo Leonard Mead con una sonrisa.

-¡No hable si no le preguntan!

Leonard Mead esperó en la noche fría.

-¿Sólo caminando, señor Mead?

-Sí.

-Pero no ha dicho para qué.

-Lo he dicho; para tomar aire, y ver, y caminar simplemente.

-¿Ha hecho esto a menudo?

-Todas las noches durante años.

El coche de policía estaba en el centro de la calle, con su garganta de radio que zumbaba débilmente.

-Bueno, señor Mead -dijo el coche.

-¿Eso es todo? -preguntó Mead cortésmente.

-Sí -dijo la voz-. Acérquese. -Se oyó un suspiro, un chasquido. La portezuela trasera del coche se abrió de par en par-. Entre.

-Un minuto. ¡No he hecho nada!

-Entre.

-¡Protesto!

-Señor Mead...

Mead entró como un hombre que de pronto se sintiera borracho. Cuando pasó junto a la ventanilla delantera del coche, miró adentro. Tal como esperaba, no había nadie en el asiento delantero, nadie en el coche.

-Entre.

Mead se apoyó en la portezuela y miró el asiento trasero, que era un pequeño calabozo, una cárcel en miniatura con barrotes. Olía a antiséptico; olía a demasiado limpio y duro y metálico. No había allí nada blando.

-Si tuviera una esposa que le sirviera de coartada... -dijo la voz de hierro-. Pero...

-¿Hacia dónde me llevan?

El coche titubeó, dejó oir un débil y chirriante zumbido, como si en alguna parte algo estuviese informando, dejando caer tarjetas perforadas bajo ojos eléctricos.

-Al Centro Psiquiátrico de Investigación de Tendencias Regresivas.

Mead entró. La puerta se cerró con un golpe blando. El coche policía rodó por las avenidas nocturnas, lanzando adelante sus débiles luces.

Pasaron ante una casa en una calle un momento después. Una casa más en una ciudad de casas oscuras. Pero en todas las ventanas de esta casa había una resplandeciente claridad amarilla, rectangular y cálida en la fría oscuridad.

-Mi casa -dijo Leonard Mead.

Nadie le respondió.

El coche corrió por los cauces secos de las calles, alejándose, dejando atrás las calles desiertas con las aceras desiertas, sin escucharse ningún otro sonido, ni hubo ningún otro movimiento en todo el resto de la helada noche de noviembre.
Píxeles: Ricoh GR
Haluros: Oly 35RC
Avatar de Usuario
aremesal
 
Mensajes: 2525
Registrado: Sab Dic 22, 2012 4:17 pm
Ubicación: Chiang Mai - Tailandia

Re: Somos todos idiotas...

Notapor aremesal » Mar Oct 01, 2019 1:16 pm

Rafa18 escribió:Tienes razón Aremesal pero todo depende de lo que necesitemos ese trabajo.

Como bien sabrás la cosa en España no está como para escoger trabajo, menos aún si tienes cierta edad y no cuentas con estudios.

Joer, sin ir más lejos: En mi trabajo el jefe manda WhatsApp a los empleados continuamente:

Que si necesito la factura de tal, mañana a primera hora necesito que me prepares el talón de fulanito, prepárame el presupuesto del que hablamos, etc. Lo malo es que lo hace a teléfonos particulares de los empleados y lo peor, a todas horas ya sea por la tarde, por la noche, sábados o domingos. No sólo en horario laboral

El resultado de esto es que no tengo WhatsApp al igual de que no uso redes sociales y por mucho que me miren raro los demás me da lo mismo eso de "no estar en el mundo".
Yo he puesto mi límite (lo hice hace años) y he rechazado empleos aun estando en paro por ese motivo.

¿Dónde pones tú el límite?
Píxeles: Ricoh GR
Haluros: Oly 35RC
Avatar de Usuario
aremesal
 
Mensajes: 2525
Registrado: Sab Dic 22, 2012 4:17 pm
Ubicación: Chiang Mai - Tailandia

Re: Somos todos idiotas...

Notapor tripple » Mar Oct 01, 2019 2:35 pm

Rafa18 escribió:Lo que realmente me preocupa de las redes sociales es que según parece hay empresas que te piden tu perfil de Facebook para entrar a trabajar.

Supuestamente para ver el tipo de persona que eres digo yo pero...

¿Qué pasa si no tienes ese perfil de persona idílica que ellos quieren? ¿A caso no te contratan?

Y es que esto de las redes sociales va teniendo peso a la hora de buscar trabajo, evidentemente no tanto como los estudios o la experiencia de la persona pero parece ser que es algo que también cuenta.

Por otro lado ¿Qué pasa con las personas que como yo no tienen facebook ni usan niguna otra red social?

La verdad es que da miedo.

Yo no he visto ni conocido eso en una entrevista de trabajo, y me toco hacer unas pocas cuando termine de estudiar.
Lo que si solian preguntar era por las aficiones personales, cosa que no me parece mal para saber algo mas sobre la persona en cuestion ademas de su formacion/experiencia.
Por otro lado, si la gente quiere compartir su vida personal publicamente, me parece normal que el contratante la mire.
tripple
 
Mensajes: 1699
Registrado: Lun Feb 19, 2018 12:09 pm

Re: Somos todos idiotas...

Notapor Danichrome » Mar Oct 01, 2019 8:01 pm

Adoro a Bradbury y a Dick*
Danichrome
 
Mensajes: 1412
Registrado: Vie May 04, 2018 10:24 am
Ubicación: Usuario eliminado del foro

Re: Somos todos idiotas...

Notapor Santburg » Mar Oct 01, 2019 8:15 pm

Fotón. Este deja a Toshiro como novato xD
Avatar de Usuario
Santburg
 
Mensajes: 2630
Registrado: Dom Mar 24, 2013 6:57 pm
Ubicación: Valencia

Re: Somos todos idiotas...

Notapor Alfon80 » Mar Oct 01, 2019 9:20 pm

Santburg escribió:Fotón. Este deja a Toshiro como novato xD
Si señor

Enviado desde mi Redmi Note 6 Pro mediante Tapatalk
a7rii / Olympus Om2n
Sony Zeiss 16 35 F4 FE.
Voigtlander 50mm F2 Apo-Lanthar FE
Canon EF 70 200 F4 L
Helios 44m-2 m42
https://www.flickr.com/photos/alfon80/
Avatar de Usuario
Alfon80
 
Mensajes: 1030
Registrado: Mié Ene 20, 2016 8:32 pm
Ubicación: En un lugar de la Mancha.

Re: Somos todos idiotas...

Notapor JotaEseGé » Mié Oct 02, 2019 9:00 am

aremesal escribió:(…)
-Al Centro Psiquiátrico de Investigación de Tendencias Regresivas.
(…)


Ahora lo que más me preocupa es si en ese lugar habrá buen café porque -como diría uno que ahora vive aún mejor que antes-: "Me llena de orgullo y satisfacción" comprobar que no voy a estar solo allí. :lol:

Genial y certero como él solo, Ray Bradbury.
No sé qué se le pasaría por la cabeza 50 años después de haber escrito eso, al vivir el futuro tecnocratizado que se imaginó.
Seguramente algo parecido a "¡mierda, me quedé corto!".
JotaEseGé
 

Anterior

Volver a General



¿Quién está conectado?

Usuarios navegando por este Foro: No hay usuarios registrados visitando el Foro y 35 invitados