¡Esa retraaanca!
¡Que nunca te falte! ¡Que nunca nos falte!
Me conoces muy bien, pero espero que te equivoques.
De momento me siento muy a gusto porque, una vez tomada la decisión, estoy mucho más centrado e ilusionado, sobre todo de cara al otoño, mi estación favorita, revisando y preparando todo y "ajustando" algunas cosillas. Se acabó el hartazgo de visitar la oficina de Correos, para empezar. ¡Qué alivio!
Y se acabó, también, ese "volver a empezar" con los puñeteros manuales de las cámaras, que parecen redactados o traducidos, TODOS ELLOS, por un lerdo. Cada vez que recibía una cámara nueva... ¡se me revolvía el estómago! ¿Te lo puedes creer? No sé si por pura ansiedad o, simplemente, por ese mismo "volver a empezar". Y cuando uno se distrae demasiado con el cacharrerío, pierde la perspectiva de lo que realmente le hace gozo. Y no tiene mucho sentido continuar con algo que deja insatisfecho. Además, uno corre el peligro de convertirse en alguien que tú y yo sabemos, ante la vitrina de sus fracasos.
¡¡Joé, qué paaaaazzzz!!
Por cierto, hablando de paz... y aunque no venga muy a cuento, la próxima vida me pido ser marmota en el Pirineo.
Siempre es una gozada leerte.
Abrazotes pimentoneros.
P.D. ¿Has pensao en dedicarte a eso de la retranca en plan "pofessioná"? Tendrías un lector fijo. ¡¡Tú y el Wyoming la liaríais parda, oye!!