Sinespejo

Vaya compendio de lugares comunes: un poquito de pollaviejismo, la clásica cita de Sontag que lo mismo sirve para un roto que para un descosido y algo de filosofía de tercera. Y encima el refrito del refrito de un artículo; me voy a leer el original a ver si mejora algo.

Pues no mejora, me ha recordado al meme del abuelo Simpson gritando a una nube.

Mario Inoportuno escribió:Vaya compendio de lugares comunes: un poquito de pollaviejismo, la clásica cita de Sontag que lo mismo sirve para un roto que para un descosido y algo de filosofía de tercera. Y encima el refrito del refrito de un artículo; me voy a leer el original a ver si mejora algo.

Tienes razón Mario, pero el motivo de subir el artículo no es analizar el artículo sino el de abrir un debate en el foro para que cada cual cuente sus experiencias.
Debía haberlo comenzado yo mismo pero, aunque tarde, ahí va:
A mi me apasiona la fotografía pero no me apasiona enseñarla. Además, como es una pasión, también siento cuando hago fotografía aunque tampoco desperdicio el momento de sentir lo que me rodea. Me parece que se ha simplificado mucho el artículo o, también, puede que sea el sentir mayoritario y por eso se expone de esa manera. No sé...

Saludos,
Juan.

Interesante "disquisición" la que se plantea en el artículo. Pero, como bien dice Mario, con un "pupurri" pseudofilosófico que mezcla churras con merinas para parir un ratón. Siempre es peligroso (e injusto) generalizar. Y lo es particularmente cuando se pretende entrar a valorar los sentimientos de las personas en función de ciertas actitudes que bien pueden responder a motivaciones diferentes. Tan diferentes como personas hay.
Sin embargo, he de reconocer mi repugnancia por las modas. Y una, en particular, de entre las muchas que pululan por esos escaparates de protagonismo de las redes sociales y que queda reflejada en las fotos del propio artículo: esa estúpida costumbre de fotografiarse los pies o las piernas enfrentadas al paisaje y que ha pasado a ser de una mera ocurrencia a una cansina costumbre, como tantas y tantas modas que acaban desvirtuando el más mínimo concepto personal de la fotografía como expresión. Y, en mi caso personal, son muchas las modas que acaban saturando mi mirada hasta descartarlas como objetivos fotográficos. Con estas modas está ocurriendo lo mismo que con la aventura de viajar: las redes sociales llegan a todos los rincones, por recónditos que sean, saturándolos de instagramers y domingueros hasta despojarlos de su encanto y su atractivo real, perdiendo en muchos casos todo misticismo.

Siempre he aborrecido el postureo en todas sus formas y modos, para mí el postureo es el demonio porque te resta tiempo vital en idioteces vanas, ya sea postureo social comprando un coche que no puedes pagar o hipotecar a tus nietos en una casa que no necesitas, postureo virtual(facebook), postureo pseudofotográfico(instagram), postureo ideológico(tuitter) , etc etc.... en esta sociedad actual cada individuo ya no trata de disfrutar su propia vida sino que intenta hacerse notorio para la vida de otros ya sean conocidos o desconocidos, se da más valor a lo que los demás piensen de uno mismo que de vivir una vida cordial y plena siendo fiel a tus ideas o el propio modo de ver las cosas. Una pena, normal que el mundo se vaya a la mierda.