Chemax escribió:Eso es lo que veía muy interesante del proceso de plantearse la profesionalidad, que alguien plantease las dificultades y vicisitudes que hay que pasar en el proceso.
Saludos.
A ver, las dificultades y vicisitudes son las mismas que para cualquier trabajo por cuenta propia.
Buscar clientes. Al poco, cuando lo que haces gusta, acuden solos.
Aceptar trabajos que nunca antes has hecho y para los que no tienes el instrumental idóneo.
Entramparte para adquirir ese instumental con la esperanza de amortizarlo rápidamente (normalmente se consigue).
Aprender a usarlo. Esto es muy divertido, al menos, para mí.
Hacer el trabajo, hacerlo bien y cobrarlo lo mejor y más caro que se pueda.
Y el rollo burocrático que sí es más aburrido, pero que al poco tiempo se puede delegar en otros profesionales.
Alta en IAE, IRPF e IVA. Llevar los libros que te exige hacienda o contratar a un asesor cuando la cosa empieza a rendir lo suficiente.
Hacer las declaraciones, retenciones e ingresos trimestrales, de IVA, etc.
No deprimirte al ver que más de la mitad de lo que ganas se va en los conceptos antes enumerados.
Ahorrar, ahorrar y ahorrar, que el mes o el año que viene pueden que no sean tan buenos como este.
Una vez encarrilado lo anterior, uno se lo puede pasar muy, pero que muy bien en el trabajo.
No estoy de acuerdo en que se acabe la diversión o que trabajo y diversión sea un oxímoron. Depende de que trabajos.
Yo me he divertido muchísimo y me lo he pasado de vicio en mi trabajo, también he tenido cabreos y algún mal rato pero han sido los menos, he hecho amigos y he aprendido multitud de cosas que de otro modo no habría conocido. Y lo he pasado muy bien, entre otros motivos, porque era bonito, era creativo, tenía unos compañeros/socios fantásticos y buenos clientes que apreciaban el resultado.
¡Saludos!