Las mantis siempre han despertado mi admiración. El año pasado tuve una mantis suelta por casa, ventanas abiertas incluidas, tres días con sus dos noches.
No dormimos juntos porque ella no quiso. Quizás el afortunado fui yo.
Como toma general del insecto está muy bien, el fondo, el contraste de colores... pero, y es una opinión de lo más particular, echo de menos un detalle más cercano de su mirada. Esa mirada peligrosamente cautivadora de las mantis.