Yo particularmente no noté esas diferencias de años luz, ni en el idioma (salvo si te hablan en lunfardo) ni en las costumbres. Claro que en un mes tampoco debe de dar mucho para advertir sutilezas en los comportamientos de la gente.
Corto habla de los "chorros" y de los turistas. Bueno, sólo comentarle que Madrid o Barcelona no se diferencian mucho de Buenos Aires:
http://www.expansion.com/economia/2016/ ... b4658.html Seguramente a un español o a un italiano será mucho más difícil robarlo que a un japonés o a un alemán porque en nuestros países, donde la picaresca es ancestral, hemos desarrollado un instinto de alerta "anti-robos" que no tienen en otros lugares, más cándidos en sus costumbres.
Por lo demás sí que percibí un nivel cultural amplio, superior incluso al de las clases medias en España (creo que Perón tuvo mucho que ver en eso) y, por supuesto, las diferencias son menos profundas que con otros países latinoamericanos. Yo me siento más cercano a un argentino o a un chileno que a un caribeño o a un boliviano o a un ecuatoriano porque, aún teniendo el mismo idioma, el mestizaje y las costumbres sí que son diferentes, fruto de la mezcla de culturas y no de la emigración principalmente desde España e Italia, como ocurre en Argentina o en Uruguay.
Saludos,
Juan.