Excelente decisión, Álvaro, Albania es un país tan desconocido como interesante. Yo estuve en el verano de 2007 (uff, cómo pasa el tiempo). Me imagino que habrán cambiado muchas cosas, pero te cuento algunas impresiones.
Mis recuerdos de la conducción en Albania no son muy buenos, y eso que yo no iba al volante y he conducido en numerosos países del antiguo bloque comunista, desde Serbia hasta Armenia. Lo peor, las carreteras, que por entonces eran horribles, con tramos sin asfalto alguno, cruzando pueblos estrechísimos y con animales.
En cuanto a lugares, toda la costa jónica es muy bonita, con especial mención a la de
Dhërmi, a la cual se llega tras cruzar un paso de montaña desde el que hay excelentes vistas, y un descenso hasta el nivel del mar espectacular. De esa costa tengo una foto en mi galería (de carrete, escaneada):
Antes (desde Tirana), se encuentra
Vlorë, y más allá (al este)
Sarandë, que está a tiro de piedra de la isla griega de Corfu (se podría ir a nado). Ambas son, probablemente, los sitios más turísticos.
En el extremo del país, justo antes de la frontera con Grecia, hay una antigua colonia griega clásica,
Butrinti, muy interesante arqueológicamente. No muy lejos de Sarandë, pero en el interior, tienes el pueblo de
Gijrokastra, un excelente ejemplo de pueblo otomano declarado Patrimonio de la Humanidad, y también famoso por ser la ciudad natal del dcitador Enver Hoxha. Ya que lo cito, por todo el país hay miles de
búnkeres, que no dejan de ser un objetivo fotográfico también.
En la frontera con Macedonia está el lago Ohrid, fantástico, de aguas cristalinas y con una trucha endémica, aunque yo solo lo conozco por el lado macedonio (creo que el lado albanés está más descuidado).
En Tirana guardo un recuerdo inmejorable del
Blok, barrio donde residía la élite comunista de Hoxha y al que no podía acceder la población, hoy reconvertido y con numerosos restaurantes y bares con terrazas excelentes, con mucha sombra y pulverizadores de agua (ya en aquella época).
En cuanto a la comida, es típicamente mediterránea, muy parecida a la italiana y la griega y con influencias balcánicas. Excelentes verduras, tanto cocinadas como en ensaladas, mucho pescado a la parrilla, mejillones, pasta, etc. En el interior, es típico el cordero. Como en todo los Balcanes, es fácil encontrar
bureks y
baklava (aunque no sé si se llaman así). Aceitunas y queso muy salados (a la griega),
tarator (sopa fría de yogur y pepino)... Se me hace la boca agua de recordarlo.
Por mi experiencia (repito, en 2007), casi nadie habla inglés, y el albanés es un idioma endemoniado; pero no te desesperes, muchísma gente habla italiano, así que no es difícil entenderse (en general).
Disfruta del viaje a un país estupendo que aún está libre de las masas (creo que seguirá siendo así), y comparte tus fotos e impresiones a la vuelta. ¡Buen viaje, Álvaro!