Pues yo estaba convencido de que era Eolo el malvado que, en cuanto te veía acercarte con la cámara a una flor o un bicho, convertía la brisa en ventarrón. Pero empiezo a preguntarme si no serán ellas, las propias plantas, que guardan una reserva de energía extra -al modo de los Formula 1 para usar una inyección extra de potencia en momentos concretos- y a la que ven que te colocas y encuadras...¡zasca!, se agitan como si no hubiera un mañana.
Vamos a tener que incorporar al equipo un espray paralizante o algo.
Pero te ha quedado bien guapa, salvo por la sombrita de otra hierba o rama en un pétalo
Salud. Buen domingo!.