Guillermo Luijk escribió:En focales muy largas, como las del pajareo, la Equivalencia de Hawk (o "para lograr con M4/3 la misma PDC en las fotos de mi gatito que en FF, necesito una óptica de focal equivalente y dos pasos más luminosa") no se sostiene. Sobre el papel sigue siendo cierta, porque la física es la que es, pero en el mundo real, especialmente si eres un aficionado la Equivalencia de Hawk salta por los aires.
Además, la realidad es que en fotografía de naturaleza raramente, por no decir nunca, una reducida PDC es una ventaja. Más bien es un inevitable inconveniente que llevamos con resignación.
Lo que sí tiene más interés es poder lograr un fondo con suficiente desenfoque como para tener una buena separación del bicho en foco. Por suerte, las focales muy largas dan buenos desenfoques a poco que haya una mínima distancia entre el plano de enfoque y el fondo, sobre todo si la distancia al bicho no es mucha, sin necesidad de utilizar grandes aperturas.
Por algunos comentarios que leo en los foros, sospecho que los "fotógrafos de angulares" no tienen una clara idea de lo que irse a un 300mm o más allá implica. Una comparación que tal vez ayude a algunos: un 300mm a f/4 enfocando a 6 metros (con una micro 4/3 es ya una distancia adecuada para la fotografía de pájaros pequeños) nos da una PDC de unos 4cm, casi 10 veces menos que un 85mm a f/1,2 a la misma distancia. También el desenfoque aparente de un fondo situado a 6 metros del plano de enfoque, o a 12 metros del fotógrafo, es mucho mayor que el que nos daría un 85mm a f/1,2. Por si alguien quiere comprobarlo y no tiene los objetivos a mano aquí va una simulación de esa escena con el 300mm a f/4
https://dofsimulator.net/en/?x=FGUBQQLuBdwGI04EAAATgAA y aquí con el 85mm a f/1,2
https://dofsimulator.net/en/?x=ENSAYQLuBdl2I04EAAATgAAJuanPC escribió:Para el caso del digiscoping, que yo también práctico de vez en cuando, sin embargo creo que no se puede aplicar ese razonamiento. Las compactas van bien, pero en este terreno si que se agradece, y mucho, tamaños de sensor mayores. Ya que poder subir la sensibilidad sin la aparición de un ruido excesivo es "la madre del cordero", puesto que permite alcanzar las velocidades de obturación que precisa esta práctica. Los encuadres van a ser equivalentes en todos los sistemas a igualdad de focal equivalente, siendo la ideal para esta práctica entre 40 y 75 mm, por lo que las diferencias del tamaño del equipo son despreciables en muchos casos
Con el digiscoping sucede exactamente lo mismo que con el uso de objetivos fotográficos: se trata de encontrar el punto de equilibrio que a nosotros nos va mejor. La máxima resolución de un telescopio ya la ofrece a foco primario (para los no practicantes del digiscoping: poniendo el telescopio sin ocular en la cámara, como si fuera un objetivo fotográfico normal) y en gran medida depende del diámetro de la lente frontal (criterio de Rayleigh o límite de Dawes).
Pero un sensor con baja densidad de pixeles no llega a aprovechar toda la resolución, así que podemos ampliar la imagen con un ocular (o con el objetivo de una cámara), o emplear un sensor con una mayor densidad de pixeles, o combinar todo ello para lograr la máxima ampliación. Hagamos lo que hagamos, hay un punto en que ya resolvemos todo el detalle que el telescopio ofrece y pasando ese punto entramos en ampliación vacía.
Aquí hay una interesante comparativa entre digiscoping y superteleobjetivos:
https://www.lensrentals.com/blog/2012/10/scoping-out-digiscoping/Desgraciadamente nadie da duros a pesetas: los telescopios ligeros equivalen a largos teleobjetivos de luminosidad media o baja, y no necesariamente son baratos. Por ejemplo, un Zeiss 85 T FL cuesta 3000€, y es un 1000mm f/12 con todos los inconvenientes que trabajar a f/12 implica.
No niego las posibilidades del digiscoping, pero hay problemas de difracción, falta luz para emplear velocidades de obturación rápidas, las ópticas no están tan optimizadas para su uso con una cámara fotográfica, no tenemos autoenfoque (aunque esto puede ser una ventaja si las utilizamos con una Olympus
), y es imprescindible un buen trípode para trabajar con esas grandes ampliaciones. Para mí es una técnica más propia de naturalistas que de fotógrafos, aunque seguro que otros fotógrafos no pensarán igual.
Reconozco que a mí me interesa mucho más el próximo 150-400mm f/4,5 de Olympus que un Celestron C-90, a pesar de que el Celestron tiene el triple de longitud focal y cuesta 20 veces menos... suponiendo que el Olympus cueste tan solo 4000€.