Cada conjunto de
cámara-sensor tiene unas ciertas ventajas e inconvenientes respecto a otros, y considero que cuando se requiere una gran profundidad de campo para una amplia obertura de diafragma, el pequeño sensor de un teléfono resulta ideal, ya que todos los móviles se caracterizan por eso y por la amplia obertura de su objetivo-os.
En una salida reciente de fin de semana, 13 amigos y yo mismo, estuvimos en Oporto, lo que implicaba que no disponía de todo el tiempo del mundo para hacer mis fotos, ellos son pacientes, pero no tanto como para detenerse cada dos por tres.
Así y todo, y sin conocer la ciudad, procuré realizar las mejores tomas posibles, supongo que como todos a los que nos ha picado el gusto por la fotografía, y por eso me llevé una Sony A7RII con 3 fijos, un 18 f/2,8 + 35f/2,8 + 45f/1,8 con su correspondiente trípode, además del LG G4 con su objetivo de un equivalente a 27mm f/1,8 provisto también de un mini trípode para cuando fuera necesario.
Una toma con la Sony de una de las tiendas interesantes de la ciudad:
A pesar de que la calidad intrínseca a ese conjunto es muy grande, aún usando una focal de 18 mm a f/5,6 la p.d.c. fué insuficiente, ya que sólo 2011 y 2012 quedaron perfectamente enfocados, e imagino que todos estaremos convencidos que esa misma imagen completamente a foco hubiera sido mejor, lo que con el móvil me hubiera sido relativamente fácil de conseguir.
Ahora otra de un estilo parecido, (me gustan las imágenes que en un principio cuestan de entender) pero con el móvil y su mini-trípode con 2 seg. de exposición:
Aquí en cambio, al ser una superficie plana (cortina a contraluz) no había problema de desenfoque, y obviamente, el fichero resultante de la FF respecto a su equivalente en el móvil era superior:
Escenas como las dos que siguen, que vi previamente, requirieron un desplazamiento posterior en solitario para hacerlas sin prisas; lógicamente con trípode y FF:
Uno de esos momentos, en que íbamos buscando un restaurante circulando por una estrecha callejuela con sólo el móvil a mano, y que si no es con el móvil no se hace, disparando casi sin detenerme, que sin ser una gran foto, al menos es curiosa, y por lo que me gusta es porque cuesta de entender.
Un contrapicado de un puente a doble nivel dónde era inviable situar un trípode estándar, sin impedir el paso de la gente. Pude hacerla con el móvil y su trípode pequeño apoyado en la zona de la barandilla a 2 seg. de exposición.
Del mismo puente desde las escaleras que suben a la ciudad, en que tampoco cabía un trípode grande:
Y para terminar, unas imágenes del aeropuerto, con tiempo de sobras para hacerlas, debido al retraso de más de 5 horas del avión que nos llevó de regreso a Barcelona.
La primera con la Sony, en la que destacaría las bonitas estrellas de los puntos de luz, debidos a un diafragma cerrado:
Otra parecida con el móvil y el trípode grande, en que si bien la calidad de la FF vista al 100% es superior, la foto me gusta más la de ésta última al intervenir más elementos que no molestan y en cambio contribuyen a ensalzar la casi-simetría de la composición:
Y ya que no tenía prisa, y el móvil en el trípode, pues busqué composiciones, y el instante en que no circulara gente por delante del encuadre:
Todas las tomas a partir del correspondiente raw; los datos exif incrustados en ellas y sin apenas procesado.
¿Porqué desaprovechar esa potente herramienta que todos llevamos siempre encima?
No se necesitan móviles caros para obtener fotos de calidad.
¿No es gratificante saber que cada día se hacen millones de fotos malas y que con las mismas herramientas, los que nos sentimos fotógrafos, podemos elevar el listón de la mediocridad?
Un saludo.