por Zkymera » Jue Ene 23, 2014 12:51 am
Transcribo lo que ya comenté por ahí:
Bueno, pues yo si tuve la oportunidad de acercarme junto a algunos amigos y camaradas de afición. Y salí gratamente satisfecho, con la sensación de ser un poquito más pequeño y un poquito más feliz. La sala abarrotada, hasta el punto de que tuvieron que habilitar salas anexas con audio y vídeo para toda la gente que no cabía en la principal. Y de Salgado, qué decir, pocas veces una persona hablando de sí mismo y de su trabajo me ha sorprendido como lo hizo ayer este hombre, del cual tenía una impresión totalmente diferente, probablemente sin motivo.
Tras una breve presentación y agradecimientos de un miembro de la organización que le acompañó durante todo el acto, Salgado, en un imperfecto pero muy inteligible castellano hizo una extensa "introducción" sobre su vida y obra, o más bien debería decir sobre "sus" vidas, porque este buen hombre nunca habla de si mismo como "yo" sino como "nosotros", incluyendo a su mujer Lália en toda referencia como si de un todo único se tratase, sorprendente. Dio profusamente las gracias a España por haberle acogido durante muchos años y haber promocionado su obra: El Pais, La Vanguardia, el gobierno asturiano (que para el que no lo sepa, ha financiado varios de sus proyectos aquí y en Brasil). Habló de sus orígenes en una humilde aldea brasileña que posteriormente pasó a ser una hacienda en la que, entre otras cosas, recibían invitados de todas partes de Brasil para escuchar la única radio que había en muchos kilómetros alrededor, que su padre guardaba con mimo debajo de una manta esperando la siguiente locución. Su juventud, comprometida con causas más cercanas al pueblo que a los gobiernos dictadores de la época, estadounidenses de por medio, le llevó a exiliarse a Europa, París, donde cursó estudios él de economía y su mujer de arquitectura. Fue a raíz del trabajo de su señora que llegó a sus manos su primera cámara de fotos y, a raíz de su trabajo en un banco inglés, que hizo su primera salida internacional, a Ruanda, dónde descubrió que, más que los proyectos del banco, lo que realmente le atraía era la fotografía. Decidieron, ambos, consagrar su vida a tal menester y así lo hicieron. Paso por varias etapas laborales, primero en la agencia Sygma, después en Gamma dónde aprendió y disfrutó a partes iguales, y finalmente en Magnum Photos. Hasta que, de nuevo junto a su inseparable Lália, fundaron Amazonas Imágenes para dar salida a sus proyectos de vida y de obra.
Hizo un repaso de sus proyectos desde la perspectiva de sus propias vivencias y creencias, y esa es la única manera de entender la grandeza de la obra de este hombre vista en su conjunto. Y curiosamente del proyecto que menos se habló fue de Génesis, porque "ya están ustedes aquí para, viendo las fotografía de la exposición, o el libro, entender y sacar sus propias conclusiones". Tampoco profundizó en técnicas ni equipos, salvo una breve referencia al uso de Leica.
Tras esta introducción, llena de humanidad, de sabiduría, y con alguna pincelada de humor, abandonó la sala para que los asistentes pudiéramos disfrutar, en sepulcral silencio durante y cerrada ovación al final, de un pase de vídeo de dos centenares de fotografías que ejemplificaron perfectamente lo que previamente nos había contado, amenizadas por una música desgarradora de fondo que, en mi caso, y seguramente en el de muchos otros, hizo que no apartara un instante la vista de la pantalla y probablemente con un gesto de estupor; porque, si viéramos esas fotos por separado, una a una, tendríamos la sensación de que unas sí y otras no, pero vistas en serie despiertan en el espectador una sensación ciertamente indescriptible.
Finalizado el pase de vídeo, regresó a la sala junto a su sempiterno acompañante y abrió un turno de preguntas buscando la interacción del respetable, y tengo que decir, sin temor a ruborizarme, que si ya estaba sorprendido por todo lo acontecido hasta el momento, fue en este periodo de dimes y diretes en el que caí rendido literalmente a las palabras de este hombre. Preguntas sencillas, respuestas inteligentes, sabias, desconcertantes a veces, pero profundamente cargadas de humanidad, lógica y sentido común, para todos los públicos. Por dar una pincelada, ante la solicitud de un asistente de que diera un consejo a los jóvenes fotógrafos respondió "que vuelvan a la universidad, a estudiar economía, sociología, antropología, geopolítica,.... porque sólo así es posible transmitir con una fotografía lo que nos rodea en este mundo, en sus gentes". Y otro curioso comentario: una directiva de La Caixa le presentó días antes como artista, el respondió "error, yo sólo soy fotógrafo".
Ya digo, brutal, me quedé con ganas de seguir escuchándole durante horas sin mirar el reloj, qué gran comunicador!!
En fin, a la salida se formó una larga cola de gente para llevarse su libro Génesis, puesto a la venta allí mismo. Y al terminar este acto, acudió a la cercana La Fábrica para continuar su "labor" firmando ejemplares de su libro a los interesados.