En 1938, una vez en el poder el Partido de la Cruz Flechada (colaboracionistas de los nazis) comenzó el hostigamiento a la influyente comunidad judía húngara. Pero no fue hasta 1944, con la presión del Ejército Rojo soviético, que empezaron a mandarlos a los campos de exterminio. Cada vez la presión era mayor, así que los nazis comenzaron con el exterminio in situ, bien en el ghetto de Budapest, bien con fusilamientos masivos en el invierno de 1944/45. Les colocaban a orillas del Danubio y les disparaban sus propios compatriotas filonazis cayendo los cuerpos al río congelado. En total, el exterminio alcanzó a unas 500.000 personas.
Hoy día, uno de los memoriales dedicados es una serie de zapatos en la orilla donde tenían lugar las ejecuciones, justo al lado del Parlamento, que simboliza el exterminio.

