Me gusta. Más que eso. El sol pega en el saltador y brilla destacado. Lo demás acompaña para dar dinamismo, pero menos iluminado para no quitar protagonismo. Lo que falta, lo que sobra, crea movimiento: ¿a dónde ha ido a parar ese chico? La perra de Hitchcock está preocupada por su futuro. Su compañero emerge y como emerge no se le puede ver entero. Si se le viera entero no emergería, ya habría emergido. Es la diferencia entre Cartier-Bresson
y una estupenda foto de un salto de trampolín olímpico
Y después de tanto halago, casi siempre me gusta más el byn que los virados. Eso tiene que ser alguna manía mía.