Con la fotografía un poco (muy) abandonada, he decidido subir unas fotos que hice el verano pasado. La idea de las mismas surgió en el lugar, recordando las fotografías de Corto. Ni estas tienen su visión (que es solo suya, y muy personal, por más caravaggiense o tapiesense que se reivindique), ni tampoco son juegos crudos de planos y luz. Simplemente son otro juego: una inmersión en el paisaje desde la distancia de la primera foto hasta la casi abstracción de la cuarta, jugando con colores y luces.
Lo dicho, dedicadas a Corto. Saludos para todos; aunque no intervenga últimamente, porque no tengo nada que decir, sí que os sigo de vez en cuando.