Este pasado sábado he quedado con un fotógrafo que conocí en un foro portugués y que usa su equipo Fuji X-T2 con algunos objetivos para hacer bodas. Le gustaría probar la Sony A7III (ha caído) y por eso hemos quedado, en una veraniega mañana en la zona de la Foz, Porto.
Estuvimos allí algún tiempo en que el compañero, con su fiel X-t2 y su XF56mm f1.2 intentaba hacer lo mismo que con la (desconocida para el) A7III y el Sony 85mm 1.8. Pues nada. Acabó guardando sus sistema en la mochila y seguir probando la Sony. Es que, en todas las situaciones, sombra, contra luz, zonas de altos contrastes, movimiento, etc. la Sony lo clavaba mientras su cámara, bueno, intentaba detectar el rostro.
En el fondo creía, por la experiencia que tengo con Fuji, que si habría mucha diferencia, pero verlo en vivo y colores ha sido acojonante. Que siga Fuji sacando cámaras bonitas quitándoles sus botones, que a tantos les gustaban, que sin darse cuenta le van a adelantar en lo demás todos sus competidores.