toshiro escribió:JMLA, me inquieta esa necesidad de discurso para que una creación tenga valor. Yo llevo 30 años haciendo música con muchísimo discurso pero 20 años haciendo fotos sin discurso alguno -voluntariamente-, por pura autorecreación en lo estético. Para ti tendría más valor artístico mi música solo por tener un alto contenido en fondo independientemente de la calidad formal que mi fotografía por ser intencionadamente solo formal?
Evidente. Difícil de explicar también. Veamos, no es “necesidad” de discurso, es al revés, el discurso es la necesidad de todo aquél que tiene una inquietud artística. Ya desde Altamira. Pero me gustaría que contaras algo más de esa música que haces, el qué, el por qué, el para qué (y lo mismo sobre tu fotografía) quizá ahí encontremos algo interesante para debatir.
Mi caso es el opuesto: en las fotos que hago busco algo que intuyo a veces -otras no- y es lo que persigo. Es un discurso propio que quiero encontrar (dicho sea de paso, sin ninguna prisa ni obsesión). Pero soy aficionado a la música como guitarrista autodidacta, disfruto mucho de mis guitarras y de aprender. No tengo formación musical (y eso me limita), pero tampoco tengo ninguna “necesidad” que me empuje a componer, es algo
recreativo, como tú dices de tus fotos. Puedo salir a un escenario con unos amigos y hacer algunas versiones de cosas que nos gustan o improvisar alrededor de algo, sonar bien y divertirnos… pero no veo nada artístico en ello. Sería un error decir que eso es arte (musical). Igualmente me parece raro que el hacer fotos sin discurso propio se pretenda denominar como arte sin discurso. Es algo recreativo dices bien, pero es que “
arte” y “
recreativo” es como “agua” y “aceite”. No debería ser tan difícil de entender, y si no es por una especie de cuestión de vanidad no me explico porqué parece fastidiar a muchos el que les digan que arte y belleza son ideas independientes, aunque puedan cruzarse. Una puesta de sol es bonita, ¿pero es arte? -No. Y fotografiar una cosa bonita, como una puesta de sol ¿es arte? -Pues tampoco. Etc. ¿Y si hago una buena foto de la puesta de sol? -Pues tienes una buena foto de una puesta de sol, pero tampoco es arte. ¿Y por qué? Pues porque el arte responde a una necesidad y elabora un discurso, y este discurso ha ido evolucionando y ampliándose a lo ancho y largo de la historia, y también dejando atrás cosas ya digeridas, porque así es la cultura del homo sapiens, curiosa y creativa por naturaleza.
Cuando hablo de discurso no me refiero a un mensaje pegado a una foto. Me refiero al que
aglutina una obra coherente y diferenciada, y es discurso porque
amplía el campo de juego con nuevos referentes. Eso es lo que está detrás de la idea de “cultura”. Por ejemplo, si habláramos de la obra de un director de cine, con “discurso” yo no me estaría refiriendo al tema de una película concreta (aunque también) sino a ese aglutinante particular del que tratan todas sus obras, el trasunto que recorre y abunda en su obra.
Pero es bastante igual en una disciplina que no sea el arte. Cambiemos “fotógrafos” por “matemáticos”. Un matemático puede hacer su trabajo en una empresa en la que aplica sus conocimientos, mientras otro trabaja en investigación y desarrolla un hallazgo “x”. El primer matemático hace bien lo suyo pero no cambia nada en el campo cultural de las matemáticas (no aporta un nuevo discurrir), mientras el segundo matemático ha “empujado los bordes de las matemáticas” (por seguir con el símil anterior de este hilo) con un aporte nuevo al discurso de las matemáticas. Los dos son matemáticos, pero si existiera algo así como un museo de las matemáticas, tendrá sentido que el segundo matemático tenga cabida en él pero no el primero (aunque haya hecho bien su trabajo y siga siendo un buen matemático).
Los discursos nuevos van añadiendo capas como en una cebolla y ampliando nuestra cultura, sea en ciencias o en humanidades y artes. Quien quiera pasar a la historia (de las matemáticas o de la fotografía) deberá trabajar en la última capa de la cebolla, y no recorrer terreno ya explorado. ... Y si lo que se ama está en una capa interior, pues nada, a disfrutar de ello, pero dejando de lado la vanidad de creer merecer estar en la capa que da tamaño a la cebolla.
Si tengo luego un rato me meto con Metzker, Alex Webb, Rui Palha y Antonio Ojeda...