No gano para disgustos. Con la renovación cambió el número de la tarjeta que usé para pagar el alojamiento de mi página web. Voy a ingresar el pago con la nueva tarjeta y no puedo porque al final me pide una clave única de registro de población. Eso en Argentina no existe. Además de que me sonó a un colmo de facismo.
Y no me deja terminar el pago.
O sea que me quedaré sin mi página. Y me da mucha bronca porque trabajé bastante para que me quedará a mi gusto, sobre todo con los textos.
En verdad se acumula frustración. Pero termina ahí. Ya dejé hace rato de perder lastimosamente el tiempo con la redes sociales. Ahora también concluye la exhibición.