Mastropiero escribió:
Aunque siempre, siempre valoraré más el ojo artístico del fotógrafo, la capacidad de encontrar una historia, un instante fugaz significativo, o simplemente una luz bonita, para mí no deja de ser cierto que el aspecto técnico de la toma ayuda o detrae del resultado final.
Es difícil no estar de acuerdo con esto.
Mastropiero escribió: Por seguir un poco con los símiles musicales, y me disculpo por ello pero es lo único de lo que mínimamente sé, hace tiempo que noto una tendencia por infravalorar las interpretaciones eminentemente técnicas, por no llegar a llenar lo suficiente desde el punto de vista artístico o musical. La frase "sí, tiene una técnica increíble pero ¿y qué?" la he oído infinidad de veces, por parte de espectadores casuales, melómanos o, lo que me asombra aún más, compañeros de profesión. ¡Como si llegar a ese nivel de excelencia técnica fuese moco de pavo, como si fuese algo que viene solo, mientras que la interpretación musical es solo algo reservado a los muy privilegiados! Es que, perfectamente, nos podemos ir al caso contrario, lo cual cierra el círculo con mi ejemplo del fogonazo del cristal: un músico que te puede hacer una fraseo maravilloso desde el punto de vista musical.... pero si de doce notas me has desafinado ocho, ¿realmente es algo tan extraordinario? Mejor dicho, ¿realmente vale más ese fraseo que el mismo pasaje, tocado quizás más frío, con menos sensibilidad, pero en el que todo está bien puesto en su sitio?
A mi también me gusta hacer comparaciones de tipo transversal, utilizar la música o la literatura para explicar algo en otra de las artes como la fotografía o la pintura, pero siempre hay particularidades que hacen difícil la comparación. Estas particularidades a veces son un obstáculo pero otras ayudan a a repensar el tema.
A lo que voy, es que cuando hablas de música tengo la sensación de que te refieres a la interpretación, y cuando hablas de técnica, te refieres a la técnica del intérprete. En esa ecuación creo que lo verdaderamente importante no está presente, y me refiero a la capacidad de la partitura de transmitirnos el contenido valioso de la música. Así pues, prefiero una mala interpretación de un tema musical que me emocione que una excelente interpretación de un tema musical que me parezca manido, sobado, previsible, aburrido, etc. Esto mismo me pasa con las fotos "de calendario".
Incluso hablando de excelentes interpretaciones, prefiero la que me emocione más, aunque esté peor grabada y suene mal. Recuerdo haber escuchado una versión de la 5º de Mahler grabada por Bruno Walter, con un sonido malo (por las cualidades técnicas de la época siendo un registro en directo), que me resultó mucho más emocionante que otras grabaciones modernas y conocidas, por más que también fueran excelentes en interpretación (Boulez, Abbado, muchos...) y excelentes en sonido. Es subjetivo, claro, pero "el diablo está en los detalles", o como bien dijiste antes, en el "ojo artístico".