scono escribió:¿Cuál sería entonces el problema que impida a un artista tratar artísticamente que lo que a diario estamos viendo en los noticieros de la radio y la televisión?
A mi modo de ver, ninguno. El uso de algo cotidiano no es el problema, como tampoco el que una fotografía sea producto de una puesta en escena -casi toda la fotografía de moda lo es, ¿no?- sino la segunda parte que de lo que dices, "tratarlo artísticamente", porque si no se aporta algo más sobre lo que toma como punto de partida ¿qué valor artístico habría que darle? Cierto que desde Duchamp muchos objetos industriales han "ascendido" al ámbito artístico, ya en sí mismos, convertidos en iconos gracias al diseño, o como tema para otros, pero habrá que asumir que ese "ascensor" funciona en los dos sentidos, y que igualmente el arte puede descender a la trampa de la vulgaridad (dicho sin sentido peyorativo, solo en el de "algo sin especial interés" ni en el fondo ni en la forma). Por supuesto, salvo que aceptemos que esto otro es
siempre arte porque es del famosísimo o valoradísimo Fulano de Tal, es decir, que es la firma lo que "hace" la obra de arte. (Nadie tan consciente de esto como Picasso, que, desde que Kahnweiler se comprometió a comprarle todo lo que hiciera, vio con meridiana claridad dónde estaba la pasta
. Hay un par de anécdotas al respecto, una de ellas contada por Brassaï en
Conversaciones con Picasso). Por supuesto que la firma marca el valor de mercado pero ¿tendríamos también la gente de a pie, los que no vivimos entre subastas, coleccionistas y comisariados, que seguir el mismo criterio y aplaudir con las orejas porque "es de..."?
scono escribió:Precisamente, estamos conversando acerca de la pertinencia de que las fotografías de Lúa Ribeira sean expuestas en su condición artística para que en ese campo digan lo que tengan para decir. O no lo digan, que sería un fracaso que autora y expositores tendrían que asumir, pero tras verlas expuestas en el lugar del arte, no antes...
Una cuestión muy interesante. Hace varios meses una amiga artista me pidió acompañarla a una exposición de Günther Förg. Ella decía que, aunque ya la había visto, quería ir a una visita guiada por ver de saber mejor el sentido de lo expuesto. Pues bien, la guía se explayó sobre el edificio en el que estábamos, mostró luego en una carpeta de anillas algunas fotografías hechas por Förg de edificios racionalistas, lo que justificaba, según ella, el que su obra se expusiera allí, en un edificio también racionalista. Recorrido por las obras sin otras explicaciones más allá de lo obvio, y charla final de vuelta a la estructura del edificio y su historia. Total, media hora y nada sobre la obra en sí. Por supuesto, es posible que la guía no tuviera ni repajolera idea o que las obras no tuvieran mucho comentario posible (no entro en ello, Dios me libre) pero como aquello no daba para más nos pusimos a mirar por nuestra cuenta y nos dió por comentar si esas obras seguirían siendo vistas como arte
si estuvieran en otro lugar (o firmadas por otro, o sin firma, ya puestos
):
En tu opinión, ¿cuál sería entonces para las fotografías ese
lugar del arte donde puedan decir
lo que tengan para decir y que no pueda ser dicho ni apreciado en algún otro lugar o medio? Me refiero a que cuando yo empezaba y veía las fotos de Sieff, Newton, Fontana y otros en revistas o libros tenía claro que eran genialidades (y eran fotos de aquel entonces, ¿eh?
no de cincuenta años antes). Varios años después, en 1988, fui en Berlín a una exposición de Newton en el Martin-Gropius Bau y las disfruté más, por supuesto, pero ese disfrute llovía sobre mojado porque también las había apreciado y valorado años antes sin estricta necesidad de esa liturgia. Demos por bueno que eso pueda ser obligatorio con otro tipo de obras, pero ¿por qué también con las fotografías? ¿Qué puede haber en una fotografía que no pueda ser
dicho (y por tanto visto y valorado) en una publicación en papel o en una página web? ¿Se trataría tal vez de devolver al espectador a la situación "ritual" o "cultual" que decía Benjamin y en la que se vería empujado a decir que sí a lo que ve solo por que está donde está y porque viene bendecido por los oportunos "clérigos" (guías, entendidos, marchantes...)?
Yo asisto a todas las exposiciones fotográficas que puedo así que espero que estará claro que no se cuestiona que las fotografías se presenten en un espacio expositivo sino a la idea de que puedan
necesitar un entorno especial fuera del cual no podrían ser apreciadas o criticadas.