Guardo muy buen recuerdo de mi experiencia por esos parajes. Las fotos que ha publicado Juankinki sobre esos campos de cereal me han despertado el recuerdo y el apetito de repetir la experiencia, en cuanto el invierno deje paso al color de la primavera. Sin embargo, mis buenos recuerdos apenas se limitan a los largos paseos por esos páramos, sobre todo a la caída de la tarde, cuando los rayos del sol rizaban de amarillo esos campos verdes. Mi experiencia con mi compañera de viaje, una Sony A6300 armada con el Sony Zeiss 16-70 mm. f:4, no fue tan grata, la verdad, probablemente porque esa excursión suponía mi estreno con Sony. Sin embargo, no me gustó en absoluto la experiencia. Mis manos no se acostumbraron a su tacto y agarre y su funcionalidad (especialmente su ridículo patrón cebra, que hube de desactivar por sus constantes errores) no se asemejaba, para nada, a lo que estaba acostumbrado con otras cámaras sin tantas "ínfulas". Pero lo importante fue el camino, el paseo y su goce. Y aquí os dejo el resultado.










