Jose Viegas escribió:Juankinki escribió:Me pregunto quienes son los subnormales, si los fascistas, xenófobos, misóginos y retrógrados que más que en mansiones de lujo y coches de alta gama deberían habitar en las cavernas, lugares más apropiados a sus conductas, o los antirracistas progresistas que pelean por los derechos humanos y hacen avanzar a la sociedad.
Hummm, difícil respuesta y difícil elección.
Te contesto de la forma más sencilla que puedo. Si a mí me ha obligado a eliminar muchas de mis libertades por una razón, me da un odio tremendo que a otros se permita todo, pero un odio que no veas. Con la libertad del pueblo no se juega y esto es lo que están haciendo.
Eso se lo cuentas a los del barrio de Salamanca. O todos o ninguno.
Y que conste que estoy en contra de las concentraciones, tanto de unos como de otros, pero lo que no es tolerable es estar llamando subnormales a unos y pasar por alto los actos incívicos de otros o encima animarlos en nombre de no sé que coño de libertad.
Por lo menos en mi patria nadie ha usado a la Guardia Nacional o el Ejército para reprimir a palos, con gases lacrimógenos y hasta con disparos ningún acto. Eso sí que es jugar con la libertad del pueblo. Afortunadamente Pedro Sánchez no es ni Trump ni Bolsonaro.
El estado de alarma y su correspondiente confinamiento lo han usado TODOS LOS GOBIERNOS DEL MUNDO, desde Canadá hasta Argentina, desde el Cabo Norte hasta el Estrecho de Gibraltar y desde Irlanda hasta los confines de Siberia.
Ya está bien de usar continuamente la ley del embudo. Y si me preguntas por mi libertad, yo que he pasado la enfermedad, te diré que estoy agradecido a este Gobierno porque se ha preocupado ante todo de la salud de los ciudadanos, con las herramientas que ha tenido en su mano y con sus aciertos y sus errores, que por la crispación política frente a una derecha desleal. Un Gobierno que ha tenido que afrontar una situación sobrevenida con un sistema de salud al borde del colapso propiciado por la gestión corrupta, inmoral e indecente, resultado de años de recortes y de precariedad laboral de los vendepatrias a los fondos buitre.
A mi no hables de libertad mientras esté en juego mi salud. Los ancianos muertos en las residencias ya no necesitan ser libres. Hubieran preferido tener un médico y atención sanitaria en unas residencias humanizadas en lugar de los morideros en los que las han convertido los corruptos que ven en ello un negocio en lugar de un servicio que debería ser el premio final a toda una vida de trabajo y esfuerzo.
A mí no me hables de libertad porque yo siento que no he perdido ni una sola pizca de ella y te lo dice uno que ha luchado en la clandestinidad contra los fascistas para que nuestro pueblo pudiera gozar de lo que nos arrebataron durante 40 años.
A mi no hables de libertad, por favor.