semeyero escribió:Buen artículo con el que estoy en sintonía. Hemos empezado a cogernos la con papel de fumar con lo políticamente correcto, con la capacidad de manipular nos para que no sintamos y no pensemos. No deberíamos permitirlo. Y dejarnos de bandos, nos están intentando aborregar todos.
Ya que trata sobre fotografía para documentar un momento histórico, la limitación de desarrollar el trabajo merecería al menos una cacerolada de todos los que pontificamos en los foros. Escoged fecha y pedimos permiso a Delegación.
https://www.elindependiente.com/politic ... -pandemia/
Muy buen artículo, que me lleva a una conversación que mantuve ayer con una de las personas más lúcidas de mi pequeño entorno de amistades.
Como destaca en el artículo, la infantilización social en la que vivimos nos lleva a ver la muerte como algo ajeno y lejano, además gracias a las mejoras y avances sanitarios, la longevidad es mayor. La muerte es contemplada desde el ritual puntual. Parece que tenemos garantizado estar bien, vivir sin problemas de salud, que eso son cosas del tercer mundo, eso no pasa aquí. Una amiga está enfadada porque a su padre octogenario le operaron de la cadera y no va a poder subir a un monte cercano nunca mas, no le parece "justo". Sociedad infantil.
En mi casa por la condición de enfermera de UCI de mi mujer no es así, entendemos que hay que disfrutar el día a día, que ella trata con personas que unas horas antes estaban perfectamente y por un accidente se encuentran agonizando. Empezar tu jornada laboral tratando a una persona que quizás lleves días atendiendo y que se muera te hace recordar la fragilidad de la existencia constantemente. Te ayuda a minimizar los problemas del día a día, los pequeños problemas del primer mundo que nos agobian estúpidamente.
Y lo positivo para mi de esta situación que hemos vivido ha sido eso, que nos a puesto a todos cara a cara con la posibilidad de morir por algo tan simple como respirar aire en el lugar equivocado, por rozar una barandilla, por el beso de un familiar, gestos cotidianos nos podrían matar. Incluso al principio era cosa de viejos, "bah" pensaban muchos pero luego empezó ser mas genérico, nadie estaba libre.
Todo el mundo encerrado en casa, la vida se para, la posibilidad de pensar. Una oportunidad única para pensar en tu vida, en tu entorno. Si te hace feliz el modo en el que vives, si el trabajo que haces merece la pena. Si las cuentas que tienes que pagar por las estupideces, o no, que acostumbras a comprar tienen sentido. El precio vital a pagar de nuestro modo de vida. Muchas personas han podido re-descubrir a la persona con la que viven. Han vuelto a pasar mas horas que nunca con esa persona. Habrán descubierto que viven con una persona maravillosa, otras en cambio se habrán dado cuenta de que comparten su vida con un imbécil, o que simplemente ya no son los mismos.
En cualquier caso creo que ha sido una gran oportunidad social a gran escala de crecer, de evolucionar. Que creo que se pueden sacar cosas positivas. Evidentemente no se puede hacer nada por los muertos ni por los que se han dejado parte de su salud por el camino, pero creo que precisamente porque algunos han pagado con la vida, me parece que los demás debemos sacar alguna lección, haber aprendido algo, para que no sean 3 meses tirados.
Somos muertos de vacaciones y si vivimos teniendo eso en cuenta, podremos aprovechar mejor lo que nos queda de vida.
Perdonar el rollo. Buen fin de semana.