Esto se refuerza con los personajes mirando a cámara, cosa que ya se inventó en la pintura donde encontramos a Velázquez mirándonos desde el cuadro en las Meninas para hacernos ver que lo que nos muestra es lo que él ve, nosotros somos unos invitados en las Meninas, y somos unos invitados en las fotos de Lúa.
Respecto al resto de la puesta en escena, (el desorden, lo casual, etc.) lo ha descrito muy bien Mario unas páginas más atrás:
“Como en las fotos de Stephen Shore o Martin Parr, da la impresión de que todos esos objetos están situados para crear una imagen real, un recorte caótico de vidas caóticas y no el retrato artificial que propones.”
Eso que Mario acertadamente llama “imagen real, recorte caótico” me parece que es lo que ella dice en esa frase que citas: “No quiero que las imágenes hagan comentarios sobre el Dancehall, sino que se conviertan en el ritual mismo.” (Naturalmente se trata de una metáfora).
De cualquier manera solo estoy haciendo una aproximación, sería mejor que explicara ella misma sus recursos, aunque a veces lo que pasa es que los recursos se usan de forma intuitiva y tampoco el autor puede dar una explicación sesuda.
Luego cuando hablas de “carencias”… me parece una expresión demasiado punitiva, ya que es absurdo pretender que a todos nos guste todo y que nuestro saber lo abarque todo. Simplemente diría que hay cosas con las que somos más afines, gustos cuya afinidad mantenemos a lo largo de toda la vida, mientras que sobre otros gustos evolucionamos… libros que intentas leer a una edad o en un momento de tu vida sin poder establecer una conexión con lo que se cuenta, y sin embargo en otro momento, quizá habiendo pasado una experiencia personal equis, ese libro se te revela de otra manera.