por jotae » Mar Ago 30, 2016 12:17 pm
Intentaré explicarme mejor porque creo que no se me ha entendido muy bien en mi post inicial. No pretendo justificar a quienes optan por ir con poco equipo ni contradecir a quienes llevan por costumbre el equipo más completo posible para sus aspiraciones. Recordemos que, sobre todo, estamos hablando entre "aficionados". Con mayor o menor nivel pero... aficionados, no profesionales cuya motivación es bien distinta.
Para explicarme lo haré mejor con un ejemplo que responde a esas cuestiones que plantean quienes defienden, con total legitimidad y motivación, la posibilidad de poder acceder a fotografiar determinadas situaciones: una luna espectacular, un pájaro o un animal en la lejanía, una actividad deportiva con su tremendo juego con el movimiento, el acceso visual a rincones inaccesibles en la lejanía, etc. Son multitud las situaciones que se nos presentan en las que necesitar de un equipo más completo.
Cuando me inicié en esto de lo digital lo hice con una Olympus E610 y tres objetivos, más alguno de patrimonio. Al poco tiempo, y dado que mi trabajo se desarrollaba, a diario, en la carretera recorriendo la región, opté por una compacta que poder llevar al cinto: una Lumix FX150, con la que recibí mi primera lección: a veces es mejor poder acceder a cualquier fotografía en cualquier momento que esperar a hacerlo de forma previamente planificada. Ya entonces me deshice del equipo Olympus y utilicé, exclusivamente, esa maravillosa FX150 que, por cierto, se me cayó a un WC y pude recuperar "sumergiéndola" en un tarro con arroz, tras lo cual seguí utilizándola aún durante dos años. Con ella obtuve mi mayor archivo fotográfico y gocé como nunca de mi afición, recordando los tiempos en los que salía a la calle con mi Rollei T35 exclusivamente.
Lo que quiero decir es que... tanto da perderse esa luna espectacular por no llevar una óptica adecuada, como perderse infinidad de instantáneas por no llevar cámara alguna. La suerte y la oportunidad forman parte inherente a la caza fotográfica, y es mucho más probable encontrársela a la vuelta de la esquina si vamos acompañados de una pequeña cómplice al cinto que si reservamos nuestra afición a momentos puntuales previamente planificados. Los arco iris no esperan a que decidamos cuándo salir cámara en ristre. El factor suerte existe en fotografía. De ahí que, puestos a perder oportunidades de fotografiar, yo opte por encontrarme más motivos a diario que esperar a encontrarlos cuando vaya perfectamente pertrechado. Eso es todo. Es una mera opción personal que, como todas, tiene sus inconvenientes. Como todas. Tal vez es cuestión de elegir qué preferimos desechar. Si bajo a la playa todos los días con mi pequeñaja al cinto, tarde o temprano me toparé con una situación de luz, color, celaje, climatología, etc. que poder retener. En cambio, si espero a hacerlo esporádicamente con todo mi equipo en bandolera, tendré que conformarme con la situación que me encuentre, sin más.