Bueno, esta tarde ha sido la primera prueba a fondo de mi Olympus EM-10. Una sesión de retratos para un grupo de teatro aficionado, dirigido más bien a que ellos hicieran como si se estuvieran haciendo un portfolio. Evidentemente, nada profesional, sobre todo por mi parte
Bueno, pues en un par de horas he hecho algo más de 450 fotos con una sola batería (eso sí, la original). Me he quedado gratamente sorprendido, me creía que no iba a pasar de las 250. Disparo foto a foto, con flash externo siempre reflejado en el techo (flash Olympus FL-50R, más grande y más pesado que la propia cámara), y una velocidad de entre 1/60 y 1/125, revisión de imagen medio segundo.
Había hecho esta misma serie el año pasado con una Nikon D300, y tengo que reconocer que la ergonomía de ésta es muy superior. Pesa muchísimo más pero con un flash similar en peso y tamaño, el conjunto se coge mucho mejor.
En cuanto a enfoque, creo que prefiero el del Nikon, aunque, al final, la Olympus se ha portado. Tengo que revisar las fotos para comprobar si están en foco, pero creo que sí en un examen superficial.
Y he descubierto lo del enfoque al rostro, que jamás he utilizado con ninguna cámara, y que tengo que reconocer que me ha sido de gran ayuda.